-->
Mzungu significa “persona blanca” en muchos Idiomas Bantú del este, centro y África meridional. Significa: el que ignora las reglas de comportamiento, un outsider, un forastero, el otro. Alguien que es observado...y también observador. "Yo era un extraño transeúnte que estaba entre ellos solo por un año, pero fue una relación de un año muy intensa; y la calidad de la relación cuenta mas que su duración." E. E. Evans Pritchard 1956
18/10/08
Congo
-->
29/5/08
TE OIGO LLAMAR
Te oí llamar con sarcástico respeto
y asociarte a una idea cualquiera
era cosa del pasado
El respeto sirvió para ganar
a tus fantasmas desconocidos
era el asombro de nuevo
Ya no tengo tiempo, vigilo algo que huye
paso a paso, lentamente aprendido
31/3/07
Mujer de pelo enredado
Mujer de pelo enredado
penumbra suave de habitación
postales en la pared, muñecas en el suelo
Mariposa ciega en cristal de caprichosa curva
Cigarro encendido, vaso de agua, ropa tirada, cabeza colgada.
Muslo tierno, musgo obsceno, boca amarga, mujer de pelo enredado
28/2/07
NOV ARTIS
Considerando
Los cuarenta y cuatro años y cinco meses
más los catorce días
y algunos otros minutos
y hasta instantes
que llevo experimentando
e incluso investigando
para ponerme a escribir
cada uno de los versos
de este poema
Cuando lo termine
podré imputar
con una sencilla regla de tres
a cada verso
su coste irrecuperable
antes de patentarlo
y disfrutar de la justa compensación
por haberte decepcionado sin necesidad
de haber compartido con ninguna mosca
La dulce leche
que me regaló mi madre.
676 días por verso y algunos minutos y hasta instantes
La ciudad del resentimiento social
En verano cuando hace calor, me gusta sentarme bajo un árbol, al fresco.
Multitudes domingueras se acercan a la playa para el ritual del sol y el agua. Cientos de bicicletas aparcadas frente al paseo marítimo esperan a sus dueños que se enfrentan al día festivo playero.
Decenas de motos mal aparcadas inundan las aceras como una marea viva triunfante.
Símbolos de progreso, movilidad y libertad se mezclan con los arboles cultivados y trasplantados , con farolas, bancos, papeleras, coches, setos...
El mar huele a madera recién cortada
Agosto paso como un suspiro
Tenderos y porteras bostezando...
18/2/07
Cuando dios estaba tuerto
Yo nací antes que tú,
Cuando dios estaba tuerto
y no cabía ninguna redondez
en el orden llano de las cosas.
Llegó luego un momento
en que había tantas cosas,
que no le cabían a dios
en un solo ojo.
Y comenzó dios a hermanarlas
con su otro ojo.
Pero yo había nacido antes,
cuando dios estaba tuerto.
Y por eso te digo, madre,
que nunca seremos hermanos.
HAZ LO QUE SEA PARA QUE NO PAREZCA AMOR
Haz que no parezca amor.
Que es lo que se lleva ahora.
Duelen
tantas tripas en nombre de la libertad.
Tú dices libre y yo
digo cobarde.
Cobarde todo aquel que no es capaz de
comprometerse con el instante.
Cobarde todo aquel que no esté
presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo
aquel que puso un límite desde el principio.
Yo es que no
quiero nada serio.
Como si no fuera lo suficientemente serio
estar dentro físicamente de otro ser humano.
Yo es que no creo
en las etiquetas.
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo
malo.
Yo es que busco pasar el rato.
Como si la vida fuera
para siempre.
Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual
de relacionarnos.
Tan irrespetuoso con la vida. Tan
impaciente.
Y queremos más: más picante, más gorda, más
grandes, más altos, más guapas, más fuertes, más
delgadas.
Nos aburrimos de no soportarnos a nosotros
mismos.
Porque no queremos que nadie nos conozca.
Porque es
más sencillo empezar de nuevo cada poco vendiendo nuestra mejor
cara.
Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo
follado.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un
auténtico fraude.
A que cuando el otro arañe un poco vea que
no hay nada.
Nada serio.
Y aquí seguimos rascando,
cambiando cromos repetidos, poniéndonos ropa interior cara para que
otros se limpien los pies al entrar.
Haciendo del Amor una
servidumbre de paso.
¿No sientes a veces que tú vales más que
todo eso que haces?
Que tú eres un jodido milagro.
Con tus
ojos que todavía pueden ver.
Con tu pies moviéndose para
llevarte al lugar que quieras.
Con tu boca capaz de dar las
gracias.
Con tu piel ocupando una plaza en el mundo.
¿No
sientes a veces que tú te mereces más que lo poco que te dan?
Dos
besos mal pegados.
Tres minutos entre las piernas.
Cinco
embestidas.
Y un WhatsApp: No me agobies.
Lo más triste es
que esta sociedad ha conseguido invertir los papeles.
Ahora si
dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto. Muy
arriesgado. Poco inteligente.
Dime tú, cómo lo haces para no
sentir algo cuando lo haces.
¿Cómo se finge la vida?
Cómo
se hace para que nunca parezca Amor.
Y que simplemente parezca
un accidente.
6/2/07
La escritura de M.
Desde los tiempos de la hucha para los chinitos, hasta el actual O, 7% han pasado muchos días y el ascenso de una emergente burocracia es imparable. Antes, el dinero de la hucha lo administraban unos curas locos en el culo del mundo. Ahora, la pasta que se maneja es más gansa...
Hoy en día hay negociados de ayuda humanitaria en todos los países ricos, donde se colocan funcionarios “con inquietudes”. Como los de la O.N.U. no pueden resolver los problemas derivados de su administración, se duplica y triplica el número de gestores humanitarios del planeta para que jueguen a la pelota con el dolor humano.
Esto que parece malo, es en el fondo una gran mejora, de alta rentabilidad humanitaria y desvía la atención de la sinrazón de nuestra vida. A fin de cuentas, los que sufren de verdad son ellos viene a decir la moraleja del cuento. Y mientras todos seguimos dormitando, con el global espectáculo circense, hoy actúan los payasos sin fronteras (con perdón).
Mucho antes de eso yo era de :
Verano. Agosto. Declinaba el día
manchando el cielo de vapores rojos,
y volvían, pisando los rastrojos,
dos niños -ella y él- a la alquería.
Ella callaba. El chiquitín decía:
-Yo era un soldado y cuanto ven tus ojos
no eran parvas de trigo; eran despojos
de una batalla en la que yo vencía.
-¡Calla, espera! Ebrio de gloria
yo volvía, después de la victoria,
y a ti, que eras la reina, te buscaba.
-No, no; la reina es poca cosa… Yo era
-dice la chiquitina- una enfermera,
y tú estabas herido, y te curaba…
Eduardo Marquina
24/1/07
La caverna de RATÓN
- ¡Camarero!
- ¡Va!
- Ponga algo de beber al compadre y para mi un jerez seco.
- Marchando.
Un día en un baile apareció por allí un pingüino.
- Que frío, ¿no?
Me dejó helado. Además tenia un genio de mil demonios.
Pues yo conocía a un oso que no paraba de hablar de una caverna. La llamaba la caverna del Ratón, y se pasaba el día hablando de ella, que si la cueva por aquí, que si la cueva por allí... una pesadilla. Al final acabó instalado en la cueva el conde Dracula de invitado.
Un silencio oneroso se instaló entre los dos. Algo flotaba sobre sus cabezas, un recuerdo malo quizás, una pesadilla.
Oh cielos, el mismísimo conde...
Si, el conde de inquilino, pero, vamos a cambiar de tema si no te importa ¿ Qué fue de tu pingüino?
Pues este venia del polo.
¿Te apetece un helado?
Claro. ¡Camarero!
¡Ya va...!
Pidieron uno de coco y uno de menta, de cornete, con chocolate fundido por encima. Enseguida se pusieron a chupar con gran fruición y delicia.
Pero el tipo más curioso que conozco es un hombre árbol. A este lo conocí en un cafetín de Tánger mientras me tomaba un batido de plátano.
¡ Un batido de plátano en un cafetín de Tánger¡ ¡Si en Tánger no hay plátanos!
Bueno pues seria de fresa, que mas da. El caso es que contaba chistes sin parar a todo el mundo que conocía. Llevaba una semana de juerga sin parar y se le iba la cabeza que no veas.
Ya.
Había una orquesta tocando con mucho lucimiento una especie de danza sinuosa. Se llamaban “los vampiros aulladores”.
Vaya.
Después de esto hubo un concurso de gritos y aullidos. El primer premio se lo llevo el hombre árbol con un aullido terminado en una octava desafinada. Muy aparente.
¡Vaya trola, una octava...!
Pues seria media nota, no te jode. Amenazando de muerte continuamente al jurado consiguió quedar el primero. Enarbolaba una enorme pistola de plástico cargada con sangría. Luego con el importe del premio nos fuimos con un titiritero al tobogán de la muerte de la feria, al tiro al blanco, a las camas elásticas donde dimos saltos mortales y a la jaula de los monos a los que tirábamos cacahuetes que nos sobraban. Cuando salimos de la feria entonando nuestra propia canción: