18/2/07

Cuando dios estaba tuerto

Yo nací antes que tú,

Cuando dios estaba tuerto

y no cabía ninguna redondez

en el orden llano de las cosas.

Llegó luego un momento

en que había tantas cosas,

que no le cabían a dios

en un solo ojo.

Y comenzó dios a hermanarlas

con su otro ojo.

Pero yo había nacido antes,

cuando dios estaba tuerto.

Y por eso te digo, madre,

que nunca seremos hermanos.

                                           


                                               

                                              

HAZ LO QUE SEA PARA QUE NO PAREZCA AMOR

Haz que no parezca amor.
Que es lo que se lleva ahora.
Duelen tantas tripas en nombre de la libertad.


Tú dices libre y yo digo cobarde.
Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante.
Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio.


Yo es que no quiero nada serio.
Como si no fuera lo suficientemente serio estar dentro físicamente de otro ser humano.
Yo es que no creo en las etiquetas.
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo.
Yo es que busco pasar el rato.
Como si la vida fuera para siempre.


Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos.
Tan irrespetuoso con la vida. Tan impaciente.
Y queremos más: más picante, más gorda, más grandes, más altos, más guapas, más fuertes, más delgadas.
Nos aburrimos de no soportarnos a nosotros mismos.
Porque no queremos que nadie nos conozca.
Porque es más sencillo empezar de nuevo cada poco vendiendo nuestra mejor cara.
Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo follado.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude.
A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada.
Nada serio.


Y aquí seguimos rascando, cambiando cromos repetidos, poniéndonos ropa interior cara para que otros se limpien los pies al entrar.
Haciendo del Amor una servidumbre de paso.
¿No sientes a veces que tú vales más que todo eso que haces?
Que tú eres un jodido milagro.
Con tus ojos que todavía pueden ver.
Con tu pies moviéndose para llevarte al lugar que quieras.
Con tu boca capaz de dar las gracias.
Con tu piel ocupando una plaza en el mundo.
¿No sientes a veces que tú te mereces más que lo poco que te dan?
Dos besos mal pegados.
Tres minutos entre las piernas.
Cinco embestidas.
Y un WhatsApp: No me agobies.


Lo más triste es que esta sociedad ha conseguido invertir los papeles.
Ahora si dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto. Muy arriesgado. Poco inteligente.
Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces.
¿Cómo se finge la vida?
Cómo se hace para que nunca parezca Amor.
Y que simplemente parezca un accidente.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Intermedio

Te oí cantar con cínico respeto,
asociarte a una idea
no compartida -era cosa del pasado-.
Y el respeto sirvió para ganarte
a tus desconocidos acompañantes.
El asombro aprendido de nuevo,
ya no tengo tiempo para ti, era cosa del ayer.
Ahora vigilo algo que puede huir
para apreciarlo en justicia, paso a paso.
Con aprendida lentitud.

Anónimo dijo...

M.


En una foto antigua
ella tiene la piel húmeda del agua de mar
su espalda carga con décadas de amor adherido y no quemado.
A su lado caminando, escucho de fondo el rumor de una historia
de maleza que estorba en su camino.
Te pregunto amiga:
¿Miraremos juntos la tele este otoño?
Ella dice que el mundo sabe un poco raro
que sus besos huelen a sal.
El espía por ventanas entreabiertas
y camina por calles desiertas.
Dice que lleva desde siempre buscando
y va por la letra M sin descansar apenas ¿que imaginas?
Avergonzado, no sabe como hablar de los dos
unidos por lo inevitable